14 abril 2018

Helena contempla a sus hermanos, Josefa Parra

Dulces hermanos, carne
de un mismo amor, rendidos
al borde de la noche
os contemplo: soberbios
como dioses, y frágiles
como cisnes. Qué extraño
maleficio nos une,
qué enredados caminos
llevaron a este ocaso.

Me llamaréis hermana,
y yo os llamaré amados,
piel deleitosa, fruta
de mi propio jardín.
Míos sois por la gracia del deseo.
Soy vuestra por la gracia de la sangre.

Y un día lloraré
al decir vuestros nombres.
Josefa Parra
España
Jerez de la Frontera, Cádiz, 7 de febrero de 1965

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